Sevilla, 17 de julio 2020
En un año tan extraño, en una estación tan conocida y tan dura para nuestros perros, es de Ley, precisamente ahora, dedicarles estas líneas. Su mayor enemigo es el calor, el de todos los perros sin excepción. Cuando los soltamos en la perrera estos días, los rehaleros sabemos que nuestros compañeros están deseando que pase esta estación. Les sobra el verano y su calor. Lo que no saben ellos, nosotros sí, es que además este año, se avecina una temporada de caza rara. Cuando cada tarde limpiamos y desinfectamos nuestras perreras mirando sus caras, esta idea no se nos quita de la cabeza pero, ellos están por delante de un calendario (o como le llamo, la tarjeta de baile). Quien les explica que igual, cuando empiece a refrescar, por San Miguel, puede que no salgan al campo, o igual sí, pero a ver cómo.

Un año inédito en todo caso, porque el pasado conoció el confinamiento recién terminada la temporada de caza. Esta incertidumbre hace que mantener los perros, cuidarlos y alimentarlos como se merecen, sea cuestión de afición, fe y bolsillo. Es imposible mantener hoy en día una rehala sin afición. Fe en que todo volverá a la normalidad o, al menos en que podremos sacarlos al campo. Bolsillo, ¡ay!¿Cuántos rehaleros hay hoy en un ERTE, desempleados o sencillamente con su empresa en números rojos? A pesar de ello, su prioridad es mantener sus perros en las mejores condiciones.

No temáis por nuestros perros, por ellos nos privaremos de nuestro tiempo y pondremos a su disposición todos los recursos, porque son nuestro motor, la razón de nuestra existencia y los que nos empujan a seguir luchando en nuestros quehaceres cotidianos. La afición del rehalero no depende de cómo estén las manchas, de cómo vengan los programas de monterías o la climatología. Nuestra afición es diésel, un ritmo sostenido al son del cariño por nuestros perros y el ritmo vital que nos marcan. En contra de lo que dijeron algunos políticos, una cuenta en la barra de hielo que se borra sola, porque no es rentable recordarla, solo los buenos ratos. Como dice aquel fandango: en el querer nadie manda.

Fuerza y ánimo a todos los rehaleros en estos meses tan duros, en este año tan difícil. Juntos conseguiremos pasar estas nuevas dificultades, ya pasamos otras. La afición del rehalero es a fondo perdido, por eso resistimos lo que nos echen, hasta los virus. Si no al tiempo.