Si de enero a septiembre de 2019 la Junta registró 24 ‘asaltos’ en ganaderías, de enero a mediados de abril han sido ya 47 | Vitigudino y Peñaranda, comarcas más afectadas

Si 2019 había sido un año relativamente tranquilo en cuanto a ataques de lobo, con un descenso del 12% de siniestros de enero a septiembre en Castilla y León, el confinamiento, con el vacío del campo que conlleva este estado de alarma por el COVID-19 ha dado un giro a la situación.

Así, si la provincia de Salamanca registró de enero a septiembre de 2019 un total de 24 siniestros de lobo según los datos de la Junta de Castilla y León, ahora el Gobierno regional apunta a que han sido 47 solo desde el pasado 1 de enero hasta el 13 de abril. A estos se suman otros 20 ataques al ganado, aunque protagonizados por perros o especies indeterminadas. Si en los primeros 9 meses de 2019 murieron 113 animales en las explotaciones salmantinas como consecuencia de los ataques de lobo, de enero a mediados de este año los productores han perdido 107 cabezas, sobre todo de ganado ovino, porque las ovejas, carneros y corderos muertos suman 86 en ese periodo. En conjunto, sumando también los siniestros de perros y especies indeterminadas, en Salamanca los 67 ataques totales registrados han supuesto la pérdida de 163 cabezas de ganado.

En tres meses y medio los ganaderos salmantinos han perdido 163 cabezas, de ellas 107 en ataques de lobo

Las comarcas más afectadas por los ataques de lobo están siendo este año las de Peñaranda de Bracamonte, por su proximidad con Ávila, de donde todo apunta que proceden los lobos que atacan al ganado; y la de Vitigudino, muy castigada desde el pasado marzo.

De los 47 ataques de lobo denunciados en ese periodo de enero a mediados de abril de 2020, en Salamanca, 29 fueron en la comarca de Vitigudino y 15 de Peñaranda. Ahora, en los últimos días de abril la zona más castigada es Arribes, donde el lobo ha protagonizado una veintena de ataques y ha castigado especialmente a Bermellar.

En la de Peñaranda tampoco los ganaderos se confían porque Ávila se mantuvo en los 1.000 ataques en 2019, igual que en 2018.

Fuente. lagacetadesalamanca.es