La abogada general del Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) defiende la caza con “parany” de zorzales y mirlos en Francia por su relevancia cultural, mientras está prohibida en toda la Unión, y en especial en la Comunitat Valenciana y Catalunya por sentencia de 2004. En sus conclusiones, que suelen coincidir con la sentencia final, afirma que “la caza mediante la modalidad de liga -un palo con una sustancia adhesiva- podría calificarse de explotación prudente de las aves”.

El “parany” es una trampa para cazar pájaros que consiste en podar unas ramas de árboles, en las que se colocan unas pequeñas varas de madera y trozos de esparto con una sustancia adhesiva llamada “liga”. Los pájaros pequeños se posan en estas ramas y quedan atrapados, siendo capturados por los “paranyers” y rematados posteriormente. Este tipo de caza, prohibida en la UE desde 1979, es tradicional en el norte de la Comunitat Valenciana, sur de Cataluña y sur de Francia.

En sus conclusiones de hoy, que no son vinculantes pero son tenidas en cuenta en la sentencia por el TJUE, la Abogada General Juliane Kokott afirma que “la caza mediante la modalidad de liga podría calificarse de explotación prudente de las aves de que se trata, si las autoridades francesas competentes resolvieran de forma razonada que consideraciones culturales de peso justifican el mantenimiento con fines recreativos de esta modalidad de caza, difundida a nivel regional”. Además, exige que la caza deba limitarse a “pequeñas cantidades” y que se practique “en condiciones estrictamente controladas y respetando el criterio de selectividad”.

Las “consideraciones culturales de peso” no se tuvieron en cuenta en 2004, cuando el TJUE condenó y sancionó a España por permitir este tipo de caza, popular entre catalanes y valencianos. El abogado general, además, concluyó entonces que “el número de zorzales cuya caza con ‘parany’ está autorizada sobrepasa ampliamente el límite de las pequeñas cantidades”, sin dar opción a que las autoridades autonómicas controlaran el número de capturas. Según consta, en 2001, las autorizaciones de caza con “parany” concedidas por las autoridades competentes de la Comunitat Valenciana permitían cazar hasta 429.600 ejemplares de zorzales.

Caza “suficientemente selectiva”

Por lo que se refiere al criterio de selectividad, la Abogada General afirma hoy que puede considerarse que una modalidad de caza es “suficientemente selectiva” si se garantiza, sobre la base de conocimientos científicos actualizados y muy especializados y de suficientes controles prácticos, que “la captura accidental de otras especies de aves y sus consecuencias son aceptables teniendo en cuenta la relevancia cultural del método de captura utilizado”. Y añade que la captura accidental de otras especies de aves y sus consecuencias son aceptables teniendo en cuenta la «relevancia cultural del método de captura utilizado». En este sentido, da la opción a las autoridades francesas para que controlen el número de capturas con las correspondientes licencias, sin tener en cuenta el resto de especies de pequeñas aves que puedan quedar atrapadas.

La sentencia de 2004 recordaba esta excepción a la prohibición de capturar aves con liga, según la Directiva relativa a la conservación de las aves silvestres. Y explicaba que es preciso que dicha excepción “se aplique de modo selectivo y que sólo comporte una captura de aves en pequeñas cantidades”. Según la denuncia de la Comisión, el método de caza en cuestión “no cumple el requisito de que la captura se realice de modo selectivo ni el requisito de afectar únicamente a pequeñas cantidades de aves”. El TJUE condenó a España por incumplir la Directiva al “tolerar” la práctica de la caza con liga en la Comunitat Valenciana mediante el método conocido como “parany” porque el número de zorzales sobrepasó “ampliamente” el límite de las pequeñas cantidades.

Dicha práctica ya solo está permitida en cinco departamentos del sur de Francia, aunque las licencias para 2020 se hallaban suspendida con motivo del presente procedimiento. Según parece, los ejemplares capturados mediante la referida técnica se utilizan después como señuelo en el ejercicio de otras modalidades de caza. Las asociaciones Association One Voice y Ligue pour la protection des oiseaux impugnaron ante el Conseil d’État la normativa francesa que permite el uso de la liga para la captura de zorzales y mirlos.

Fuente. valenciaplaza.com