El plan de desescalada no permite esta actividad hasta la segunda fase, lo que ha puesto en pie de guerra al colectivo y a los pescadores deportivos

Cazadores y pescadores están que trinan. La prohibición por parte del Gobierno central de ambas actividades hasta la segunda fase de la desescalada, a finales de mes, les ha puesto en pie de guerra. Consideran «inaceptable» que se puedan practicar otros deportes y «a nosotros, que por ley también estamos considerados como actividad deportiva y, además lo hacemos al aire libre y cumpliendo todas las medidas sanitarias de distanciamiento, no se nos permita hacerlo», subrayan desde Adecap, asociación para la defensa del cazador y pescador.

Por ello, y también con miras a «controlar la creciente población de algunas especies», exigen la inmediata apertura del corzo, cérvido cuya temporada de caza a rececho -búsqueda del animal en solitario- arrancó el pasado 1 de abril y se encuentra en su momento cumbre. Asimismo, reclaman a la Diputación permisos especiales para el jabalí «dado que está provocando importantes daños en la agricultura», resaltan.

«PNV y PSE tienen canales para reclamar que se abra la caza y pesca en toda España y su posición en la negociación con el Gobierno lo hace posible», inciden desde Adecap. En Bizkaia la caza del corzo está bastante extendida, tanto en las zonas clasificadas como de actividad controlada, como también en los cotos de Orduña y Carranza.

PNV y PSE tienen canales en la negociación para que el Gobierno permita tanto cazar como pescar

Sin embargo, la federación territorial demanda desde hace tiempo a la Administración foral que regule también su práctica en las áreas denominadas de aprovechamiento común. Y es que la crisis del Covid-19 no ha hecho más que sacar de nuevo a la palestra el malestar de los cazadores con la gestión de ambas especies por parte de la Diputación.

«Presentamos hace dos años un plan para el jabalí como documento de partida, pero no hay avances, siempre salimos de vacío de las reuniones», señala el presidente de la Federación vizcaína, Javier Barona. Y la situación ha terminado por «cansar» al colectivo que amenaza incluso con «no cazarlo la próximo temporada si no se recogen nuestras peticiones».

«Tenemos que cubrir los daños que ocasiona anualmente el jabalí con la contratación de un seguro, pagar una tasa adicional de 20 euros que no se cobra en ningún otro sitio y no se nos tiene en cuenta para nada», explicó el máximo mandatario federativo del territorio. En la actualidad, hay más de un millar de cazadores de estos verracos en la provincia que realizan batidas autorizadas en cuadrilla y que la última temporada abatieron un total de 2.437 ejemplares frente a los 1.739 de un año antes.

Tenemos que cubrir con un seguro los daños que ocasiona el jabalí pero no se nos tiene en cuenta

Sostenibilidad

«Lo que buscamos es que corzos y jabalíes estén en niveles de sostenibilidad evitando daños a baserritarras, conductores… Por eso instamos a adoptar medidas más efectivas a la hora de contener su aumento de población, porque todos hemos visto que se adentran en las calles de muchos pueblos, sin hablar de otros posibles problemas que pueden acarrear, como la peste porcina, por ejemplo, que ha llegado ya al norte de Europa», detalla Barona.

Los pescadores deportivos también están de uñas y reclaman poder echar la caña, tanto en el mar como en los ríos, para aprovechar lo que queda de la temporada de trucha. «No puedo practicar este deporte cuando estoy a más de 50 metros de distancia de otro pescador, pero puedo tomarme un café en una terraza a dos metros de otra personas. Es incomprensible», señala Mikel Anakabe, pescador con amplia experiencia.

Fuente. elcorreo.com