La prematura llegada del verano ha adelantado las cosechas en los campos pero los cazadores confían en hacer buenas perchas durante la campaña

J. Zengotitabengoa
El manido dicho de “nunca llueve al gusto de todos” parece que vuelve a hacerse realidad como cada año, al menos en lo que a la próxima media veda se refiere. Aunque esa es la impresión que tienen quienes durante las últimas semanas han estado recorriendo e inspeccionando los campos de Araba, Nafarroa y Castilla y León, lo cierto es que se intuye una cierta dosis de optimismo respecto a la previsión de capturas.

La media veda que arrancará en esos territorios el 15 de agosto aunque el cierre y los días hábiles para la caza varían de unas zonas a otras, tiene como común denominador la sensación de que “el verano se ha adelantado bastante este año”. De hecho, para mediados de este mes ya se había cosechado más del 75% de los campos de cereal.

Con esa situación algunos cazadores como José Ángel Remírez, presidente de la Federación Navarra de Caza, creen que “si la codorniz no tiene dónde esconderse, optará por resguardarse en acequias y reservorios” y complicará la actividad de los aficionados. Opina sin embargo que “por ahora hay suficiente como para completar los cupos de 10 codornices por cazador y día”, además de recordar que no hay cupo para la torcaz y en el caso de las tórtolas está limitada a dos por día.

Hasta el 13 de septiembre podrá cazarse en los cotos de la Comunidad Foral los jueves, sábados, domingos y festivos, “14 jornadas en total cuando hace unos años eran 17 o 20”, apunta Remírez. Es una de las razones por las que la Federación ha recurrido la orden de veda, ya que además se exige a los cazadores una tarjeta de precintos “en un territorio en el que ya estamos muy controlados por el guarderío, por Seprona de la Guardia Civil, por la Policía Foral y por los guardas del coto”.

Percepciones dispares

A las previsiones optimistas de Remírez sobre la media veda se contrapone la del arabarra Miguel Ángel Romero que percibe igualmente el adelanto del estío pero matiza que no sucede lo mismo con las especies cinegéticas que buscarán los cazadores durante la campaña. “En dos días que he andado por los campos he visto más corzos que codornices”, asegura.

Su impresión ha sido corroborada también por los agricultores que “me han asegurado que no han visto codornices, aunque ello no quiere decir que no las haya”, por lo que se agarra al antiguo dicho de que la buena cosecha venía acompañada con la proliferación de codornices.

Con esa sensación y con la certeza de que “las condiciones climáticas han sido las idóneas para las polladas”, Romero espera que se puedan cubrir los cupos de codornices que se establezcan en los cotos de Araba. No ocurrirá lo mismo con las torcaces y con las tórtolas, porque de las primeras “no se coge ninguna ya que han cambiado las rutas desde que se instalaron los parques eólicos”, y de las segundas porque “están siendo objeto de grandes cacerías en el Sahel”.

Aunque en el momento de elaborar este reportaje no se había publicado la orden foral de Araba correspondiente al presente ejercicio, Romero cree que se mantendrán las habituales fechas del 15 de agosto al 30 de septiembre, para las jornadas de jueves, sábados, domingos y festivos, así como los cupos establecidos en años anteriores.

Numerosos anillamientos

Donde más optimismo se respira ante la llegada de la media veda es en los campos de Castilla y León, donde las jornadas hábiles serán los martes, jueves y sábados hasta el 20 de septiembre. “Al final se quitará algún día ya que en total salen 21 jornadas y el máximo es de 20”, matiza Santiago Iturmendi, presidente de la Federación de Caza de Castilla y León, quien recuerda que tanto esa decisión como los cupos, “que el año pasado fueron de 25 codornices y 6 tórtolas, se harán públicos a través de una resolución porque en esta comunidad autónoma no hay orden de veda”.

Aunque reconoce que “hacer pronósticos sobre la codorniz es una lotería”, ya que la situación puede variar en cuestión de semanas e incluso de días en función de la climatología, Iturmendi sostiene que a mediados de julio “se estaban anillando bastantes”. Pero el adelanto de la cosecha y de la recogida de paja, así como la abundante vegetación pueden dar un vuelco a la situación y ‘torcer’ una campaña que a priori responde a “unas perspectivas muy buenas”.

Para quienes vayan a disfrutar de esta afición Iturmendi recuerda la necesidad de tener muy presente el cuidado y las atenciones que requieren los perros que, además, “no deben quedarse en los coches expuestos al sol”. También subraya que los cazadores deben tener muy presente “la necesidad de respetar las polladas tardías de perdiz”.