El aumento de la leishmaniosis aumenta el peligro para la supervivencia del lobo en Asturias

Un estudio indica que el 33% de los lobos y el 40% de los animales carnívoros salvajes de la comunidad autónoma son potencialmente portadores de esta enfermedad zoonótica que se transmite a través de la picadura de insectos llamados flebotomos. El aumento de la población de esos insectos vectores en esta Comunidad Autónoma puede exponer tanto los perros como las personas a un mayor riesgo de contagio.

Oviedo, 22 de julio de 2020.– Asturias ha sufrido un aumento en sus cifras de seroprevalencia por leishmaniosis canina, lo que podría poner en riesgo gran parte de su fauna salvaje. El Principado, considerado históricamente como territorio no-endémico para esta enfermedad zoonótica, ha pasado de un número relativamente bajo a que el 33% de sus lobos y el 40% de los animales carnívoros salvajes sean portadores potenciales de la leishmaniosis.

Así lo alerta Animal Hub, la plataforma sin ánimo de lucro por el bienestar animal con la participación de más de 30.000 veterinarios en toda España, empresas y entidades del sector agroalimentario; que apunta que la lehismaniosis es una enfermedad zoonótica y, en consecuencia, puede afectar a la salud de los humanos.

Lo confirman datos del estudio de investigación Leishmania in wolves in northern Spain: A spreading zoonosis evidenced by wildlife sanitary surveillance, un análisis sobre esta enfermedad causada por la picadura de un flebotomo infectado, y que puede resultar letal entre la población animal y potencialmente peligrosa para 350 millones de humanos cada año. El estudio, llevado a cabo en 149 animales salvajes autóctonos, entre los que se incluyen 102 lobos, apunta no solo al incremento de la seroprevalencia en cifras absolutas, sino también a una extensión por todo el territorio.

De entre los animales infectados, destaca la presencia de un perro pastor, lo que confirma la participación de animales rurales de compañía en la transmisión natural de un patógeno, también llamado ciclo selvático, debido a que pasan mucho tiempo en zonas al aire libre. Se trata de una enfermedad zoonótica, hecho que implica que puede ser transmitida de animales a personas, motivo por el resulta importante controlar sus vectores de transmisión.

La tipología de leishmaniosis más común en la fauna asturiana es la producida por el protozoo Leishmania infantum, transmitido a través de la picadura del flebotomo, cuando se va a alimentar de la sangre de un animal o de una persona. Los investigadores apuntan a tres grandes factores que inciden fuertemente en el incremento de la transmisión. El principal es la modificación en los patrones de actividad y dispersión de los flebotomos debido a un aumento de temperaturas a nivel global. En consecuencia, el aumento de las temperaturas, así como otras variables climatológicas, también pueden haber provocado la llegada de estos insectos a Asturias procedentes de otros territorios más afectados por esta enfermedad. En un tercer lugar es posible que el incremento en la seroprevalencia en Asturias pueda ser debido a vías de transmisión menos frecuentes, como la que se produce a través de mordeduras de animales infectados a animales sanos.

“La leishmaniosis es un problema endémico en España con datos de prevalencia incluso mayores al 30% en algunas áreas. Para pararla, tenemos que hacer un control exhaustivo de nuestros perros, protegerlos con productos eficaces que les protejan de la picadura del flebotomo durante los 12 meses del año. Además, es necesario acudir de forma rutinaria a la clínica veterinaria para que tras un análisis y un chequeo pueda descartar la infección”, asegura Federica Burgio, veterinaria y responsable científica de animales de compañía de MSD Animal Health que, a su vez, es miembro de Animal Hub.

El caso de Ourense, un peligroso precedente

El norte de la Península Ibérica es una zona clasificada como zona no endémica de leishmanisis canina por su baja seroprevalencia, mientras que la costa mediterránea es la zona más afectada por la enfermedad, con cerca de 2.5 millones de perros infectados. Esto se debe a las diferentes zonas climáticas que existen en España, siendo las más cálidas y húmedas las más propensas a la extensión de los flebotomos.

Sin embargo, Asturias no es el único territorio del norte de España cuya afectación por la leishmaniosis se ha disparado en los últimos años. Según el estudio Latest trends in Leishmania infantum infection in dogs in Spain, Part I: mapped seroprevalence and sand fly distributions*, Ourense ha sufrido un cambio similar hasta el punto de convertirse en la segunda provincia española con mayor porcentaje de seroprevalencia, con un 35,6%.

A largo plazo, datos como los de la provincia gallega podrían resultar en el inicio de un cambio de tendencia que se podría extender más allá del Mediterráneo y provocar una mayor seroprevalencia en todo el territorio español, independientemente de la zona climática.

Fuente. asturiasmundial.com