José Manuel Rodríguez logró zafarse del plantígrado saltando hacia una zona arbolada y protegiéndose tras un parapeto de raíles de hierro subido a un roble.

Tremendo fue el susto que se llevó el lacianiego José Manuel Rodríguez, de 58 años y vecino de Villablino, cuando alrededor de las 17:30 horas del pasado lunes paseaba por el camino ‘El Fontanal’ que comunica con el barrio ‘El Postoiro’ de Villager de Laciana y con la pista de las antiguas explotaciones mineras que une la braña de San Miguel con el grupo Calderón. Cuando el lacianiego paseaba por esta pequeña senda, a unos quinientos metros de dicho barrio, un oso, de gran tamaño, irrumpía en el camino.

Lo primero que alertó a José Manuel Rodríguez fue el ruido del plantígrado, momento en el que el lacianiego se detuvo. “Tengo visto corzos, jabalíes… así que esperé a ver lo que era”. Durante unos segundos ambos permanecieron inmóviles pero el oso emitió un fuerte rugido para después emprender la persecución tras Rodríguez quien muy hábil logró saltar hacia una zona arbolada y protegerse tras un parapeto de raíles de hierro subiéndose a un roble. “Fue lo que me salvó porque el animal descargó toda su ira en esos raíles”.

Después de unos interminables segundos, el plantígrado saltó hacia la zona de árboles y se fue. “Yo permanecí alrededor de un minuto más en el árbol. Bajé y caminé en dirección contraria por donde me encontré al oso”, cuenta José Manuel Rodríguez lleno de rasguños en brazos y piernas -ocasionados por los propios árboles y ramas en los que se refugió- al tiempo que confiesa que ha tenido suerte.

La agilidad y la rápida reacción del lacianiego le salvaron pero recuerda que se trata de un camino “muy transitado”. Además hace hincapié en el hecho de que esta misma situación le podría haber sucedido a una persona mayor o incluso a alguien joven que no hubiera sabido reaccionar, fruto del pánico “y no sé entonces lo que habría pasado”. Por eso quiere contar su historia, para poner sobre aviso a la población de la comarca “de lo que me ha sucedido al lado del pueblo y con un ejemplar de oso pardo muy agresivo”.

Por su parte, el pedáneo de Villager de Laciana, Pío Sierra, hace mención a que los osos deambulan por las proximidades de los núcleos poblacionales con demasiada frecuencia ya que, tan solo hace un mes, fue visto otro ejemplar de oso pardo en el barrio de la panadería de esta localidad “entre las casas, en unos contenedores que hay allí”, recalca, a la vez que matiza que “cada vez el oso tiene menos miedo al contacto con los humanos y me temo que al final vamos a tener que lamentar una desgracia.

Fuente. lacianadigital.com