Puesta a punto de los perros para batidas y jornadas de caza mayor y menor

La veterinaria Yurema Arbaizar y el adiestrados Víctor Esandi aportan consejos para

J. Zengotitabengoa
Con la llegada del otoño es el momento en el que las batidas de caza mayor o jornadas de caza menor tales como las partidas de la perdiz adquieren su momento de protagonismo y, por lo tanto, es también la época en la que resulta necesario que los cazadores mantengan a sus perros en buenas condiciones para evitar sobresaltos que, en algunos casos serán inevitables.

Para que tanto los perros dedicados a la caza mayor como a la menor respondan tal y como se espera de ellos durante el trabajo que les corresponde, es imprescindible que se encuentre en “un perfecto estado físico, ya que su condición es un aspecto básico para que también mantenga un buen estado mental”, tal y como señala el adiestrador Víctor Esandi que gestiona las actividades relacionadas con el entrenamiento canino en el Coto Valdorba de Nafarroa.

Para alcanzar el punto idóneo de preparación y de buen estado de salud físico y psicológico, tanto Esandi como la veterinaria Yurema Arbaizar de la clínica Ariñez de Vitoria-Gasteiz, critican abiertamente a los organismos públicos que prohíben que los perros se ejerciten libremente en los montes de Euskal Herria.

“Ese impedimento puede considerarse como una forma de maltrato hacia los canes por parte de las instituciones” según denuncia el primero, mientras que Arbaizar entiende que la limitación “exista en las ciudades, pero en el campo deberían poder correr en libertad”. Como alternativa queda la posibilidad de que se desenvuelvan sin limitaciones en los cotos que ofrecen esa alternativa.

Un deficiente estado físico propiciado por la falta de ejercicio previo “puede ser uno de los motivos que provoque diferentes lesiones en manos y patas, pero también puede ser una fuente de problemas psicológicos”, asegura Esandi.

Condición física y limpieza

El adiestrador navarro apunta también como imprescindible para mantener una buena condición física la realización de una limpieza en profundidad una vez que ha terminado la acción de caza, mediante la minuciosa retirada de los elementos que se quedan atrapados entre los pelos, orejas, ojos y entre los dedos de los perros, especialmente de espigas y otros cuerpos extraños. Y recuerda también “la necesidad de mantener aseado y en buenas condiciones higiénicas el espacio que ocupa habitualmente”.
Un buen entrenamiento también puede resultar de gran beneficio para que los perros desarrollen correctamente la tarea asignada durante la acción cinegética. Esandi matiza que además de la diferenciación entre los que se dedican a la caza mayor y la menor, en este último grupo “es necesario diferenciar entre los de muestra, el levantador…, mientras que entre los primeros debe diferenciarse entre los de batida, de sangre, de rastro…”.

Aunque entre los canes dedicados a la caza mayor el aprendizaje viene condicionado por su inclusión en el grupo, a excepción de en Francia donde algunos realeros realizan entrenamientos específicos para ese tipo de actividades, la preparación resulta necesaria para los dedicados a la caza menor. Entre estos últimos Esandi apunta que la formación más idónea para el perro de muestra y para los podencos “que son grandes levantadores y cobradores”, puede centrarse en “ejercicios de obediencia básica que también podrían ser idónea para los que participan en batidas de caza mayor”.

Entre los ejercicios que recomienda el adiestrador se incluyen los que tienen como finalidad “la obtención de una buena respuesta a la llamada, así los relacionados con la distancia, la búsqueda cruzada, la muestra, el patrón y el cobro”.

Alta energía

La alimentación es otro de los aspectos básicos para que perros de todo tipo estén en condiciones óptimas para desarrollar la labor que les corresponde. “Lo más adecuado es alimentarlos con piensos de alta energía, que además suelen ser de buena calidad”, señala Arbaizar. Además de tener «buena palatabilidad y digestibilidad» es conveniente revisar el etiquetado para cerciorarse de que tengan una buena proporción de proteínas, grasas y de otros nutrientes y que presenten una menor cantidad de grasas saturadas y de cenizas.

En el caso de aquellos perros que durante la época de la codorniz han estado un poco bajos en cuanto a su condición física, Arbaizar recomienda “aportarles suplementos vitamínicos” que en esta época les vendrán muy bien para afrontar las jornadas de caza de la perdiz.

Para evitar las consecuencias de los contratiempos que pueden surgir durante la actividad cinegética Arbaizar recomienda a los propietarios de los perros que se equipen con un buen botiquín. En el caso de quienes participan en batidas de caza mayor es muy recomendable proveerse de desinfectantes, suero para lavar las heridas e incluso hilo de sutura “que permitirá coser las heridas que pueda causar un jabalí, aunque en ese caso es necesario comprobar si los daños afectan a algún músculo”.

Además de esos productos, quien practique la caza menor puede incluir en el botiquín gasas y corticoides que pueden ser convenientes ante la posible picadura de una víbora. Pero el mejor consejo ante cualquier tipo de percance es el de “acudir con urgencia a un veterinario que puede evitar que los daños que ha sufrido el perro sean irreparables”.