Cuidado con las garrapatas: vuelve a España el peligroso virus de Crimea-Congo

  • España registra la quinta infección autóctona de que en 2016 falleció el primer caso
  • La fiebre de Crimea Congo tiene una mortalidad del 30% sin tratamiento
  • La Península Ibérica es propicia a la expansión de este virus desde África

El pasado jueves 11 de junio de 2020 el Instituto de Salud Carlos III confirmó un caso positivo de fiebre hemorrágica de Crimea-Congo en Castilla y León. El paciente afectado había sido picado por una garrapata en una zona de pinares de la provincia de Salamanca. Es la quinta infección autóctona detectada en España desde 2016. ¿Debemos preocuparnos?

La fiebre hemorrágica de Crimea-Congo (CCHF) es una enfermedad potencialmente mortal provocada por un virus perteneciente al género Nairovirus que es transmitido a través de la picadura de varias especies de garrapatas del género Hyalomma, en especial la especie Hyalomma marginatum.

Llegó a España en aves migratorias

Esta especie está adaptada a climas secos e incluso desérticos y se caracteriza por buscar de forma activa a los potenciales hospedadores. Las fases inmaduras de la garrapata suelen parasitar micromamíferos y aves y las fases adultas a mamíferos de gran tamaño como ciervos, caballos, vacas, ovejas, jabalíes o camellos.

Por supuesto, el ser humano también puede ser parasitado. La fiebre hemorrágica de Crimea-Congo es endémica en África, Asia, Europa del Este y el medio Oriente. Al parecer, en España el virus entró en la Península Ibérica en garrapatas transportadas por aves migratorias.

El primer caso autóctono falleció en Madrid en 2016

En septiembre de 2016, la Comunidad de Madrid detectó el primer caso humano autóctono infectado por fiebre hemorrágica de Crimea- Congo (FHCC) tras la exposición a garrapatas, posiblemente en la provincia de Ávila. El paciente falleció. El virus también puede ser transmitido por contacto con sangre y fluidos corporales de pacientes infectados. Así ocurrió en el segundo caso detectado en España, cuando una enfermera del Hospital Infanta Leonor se infectó con el virus mientras atendía al paciente de 62 años picado en Ávila por una garrapata portadora.

Síntomas de la fiebre de Crimea-Congo

Los síntomas principales que causa el virus son fiebre alta, dolor de cabeza, fatiga, náuseas, vómitos y diarrea. Algunos pacientes desarrollan enfermedad hemorrágica severa. La fiebre hemorrágica de Crimea-Congo representa un importante problema de salud debido a su amplia distribución geográfica, al riesgo de mortalidad que puede alcanzar el 30%, a la falta de tratamiento específico y a los complicados desafíos relacionados con la prevención y el control de la enfermedad.

El virus de la fiebre hemorrágica Crimea-Congo (CCHFV) es considerado un patógeno de riesgo de bioseguridad de nivel 4 (el nivel más alto) por los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) y un patógeno emergente prioritario con potencial epidémico.

La enfermedad está en expansión en Europa

La mayoría de los casos reportados en la última década han sido declarados en Pakistán, Irán, Bulgaria, India y Turquía, pero la enfermedad está en aparente expansión y en Europa, además de Bulgaria y Turquía, ya han sido confirmados casos humanos en Kosovo, Albania, Serbia, Rusia, Grecia, Serbia, Ucrania, Georgia y España.

De hecho, desde el año 2010 ha sido corroborada la presencia del virus en garrapatas del género Hyalomma capturadas en las comunidades autónomas de Extremadura, Castilla y León, Castilla- La Mancha, Andalucía y Madrid por lo que presenta una amplia extensión.

Historia de la fiebre de Crimea-Congo

La fiebre hemorrágica del Congo de Crimea (CCHF) fue descrita por primera vez en 1944, durante la Segunda Guerra Mundial, cuando un brote afectó a un grupo de 200 soldados soviéticos que trabajaban en la península de Crimea restaurando la producción agrícola abandonada durante la ocupación alemana.

El virólogo Mikhail Petrovich Chumakov, que anteriormente había caracterizado el ciclo de mantenimiento de la encefalitis transmitida por garrapatas en el Lejano Oriente soviético, dirigió el equipo de científicos enviados para investigar el brote.

El brote coincidió con un período, enclavado entre la primavera y principios del verano de 1944, en el que el número de garrapatas era inusualmente alto, y la mayoría de los pacientes dijeron que habían sido picados por una garrapata antes de enfermar.

De inmediato, el equipo reconoció la asociación entre la enfermedad y las garrapatas, estableciendo la etiología viral con estudios experimentales. Más de veinte años más tarde, en 1967, el virus fue identificado y nombrado Crimea-Congo por la relación idéntica que mantenía con el virus que afectó en 1956 a un paciente en el entonces llamado Congo belga.

Además del virus de la fiebre hemorrágica de Crimea-Congo, Chumakov descubrió los virus de las fiebres hemorrágicas de Omsk y Kemerovo, los hantavirus que causan fiebre hemorrágica con síndrome renal y llevó a cabo los ensayos clínicos que condujeron a obtener la licencia de la vacuna oral contra la polio desarrollada por Albert Sabin.

La Península Ibérica, territorio propicio para la expansión del Crimea-Congo

La proximidad geográfica con África, que puede facilitar el tránsito de aves migratorias transportadoras de garrapatas portadoras, la amplia presencia en la Península Ibérica del vector responsable de la transmisión del virus y las condiciones climáticas dadas en nuestro territorio, evidencian la posibilidad de que se produzcan más casos autóctonos de fiebre hemorrágica Crimea-Congo, por lo que no pueden descartarse infecciones esporádicas en humanos.

Conviene tomar medidas de precaución. Cuándo se transite por espacios naturales o se realice senderismo fuera de pistas, en especial durante los meses de primavera y verano, es aconsejable llevar calzado cerrado, calcetín alto, pantalón largo e incluso repelentes y, si paseamos con nuestras mascotas, usar collares antiparasitarios y realizar tras la excursión una revisión concienzuda del animal.

Fuente. niusdiario.es