En el mundo de la pesca, el tamaño sí que importa. Que se lo digan a los arrantzales del ‘Jesus Nazaret Berria’, que entre sus redes han recogido un ejemplar gigante de rape de cerca de 40 kilos de peso y más de metro y medio de altura. Ha sido capturado a poco más de dos millas al nordeste de Lekeitio, puerto base de la merluzera de Jonathan Goitiz. «Ha sido espectacular», reconoce. No se percataron de su presencia hasta casi el último momento.

«Al recoger las redes hemos visto que venía algo gigante. Hemos necesitado dos ganchos para poder sacarlo y subirlo a bordo», detalla. En su larga experiencia de más de veinte años en el mundo de la mar Goitiz no ha visto nunca nada igual. «Ya habíamos pescado rapes de 20 y hasta de 25 kilos, pero tan grante como éste, nunca», añade.

Aunque este tipo de piezas son muy llamativas por su gran e inusual tamaño, los rapes gigantes se cotizan a la baja. De hecho, el ‘Jesus Nazaret Berria’ lo ha comercializado a un «precio normal, nada llamativo» para un restaurante. Desde el inicio de la pandemia, el precio del pescado ha registrado un significativo descenso y los rapes de calidad se han vendido en torno a cuatro y seis euros el kilo.

El verdadero valor de este tipo de capturas es de tipo científico. Persiguen conocer las razones de la existencia de ejemplares de gran tamaño en el fondo del mar. «El rape, al igual que el resto de los peces, tiene un crecimiento indeterminado y siguen aumentando de tamaño toda la vida, aunque cada vez con menos velocidad», explica.

Liberaron un tiburón peregrino

«Para nosotros ha sido algo increíble», recalcan. Esta no es la primera ocasión que la merlucera lekeitiarra protagoniza una captura única. A principios del pasado mes de mayo los cuatro integrantes de la tripulación procedían a subir a bordo su trasmallo –un tipo de red de fondo– cuando descubrieron que venía un esturión vivo. La sorpresa también fue mayúscula. La captura tuvo lugar a poco más de milla y media de la costa. El esturión es una especie amenazada y poco habitual en estas aguas. «Anteriormente pescamos un tiburón peregrino, pero nunca hubiéramos pensado que podrían aparecer ejemplares así, tan singulares y diferentes».

En aquella ocasión, tras fotografiar la pieza procedieron a su inmediata liberación a pesar de conocer que su carne es un bocado muy solicitado por los ‘gourmets’ y que también porta el exquisito y caro caviar. «Acordamos que no podíamos venderla y enseguida la volvimos a arrojar al mar», detalla. Este hecho provocó una oleada de reconocimientos por parte de colectivos y asociaciones que abogan por una pesca responsable y respetuosa con el medio marino.

«Es nuestra forma de vida», insiste Goitiz. Los arrantzales lekeitiarras compartieron la singular captura con los científicos de Azti Tecnalia, quienes les confirmaron que es algo muy inusual. «Como mucho deben detectar uno al año», indica. El esturión medía cerca de 1,5 metros y pesaba alrededor de 15 kilos. Ahora, con el rape han vuelto a batir su propio récord. «Así es la mar, impredecible», concluye.

Fuente. elcorreo.com